jueves, 18 de noviembre de 2010

Éxito I

Escribir es encontrar una buena primera frase.

Cuando no la encuentras, te inventas algo que defina el acto mismo de escribir y arreando.

Tras este inicio totalmente gratuito, que os regalo, que es todo vuestro, pa ti pa tu cuerpo pa que lo disfrutes pa que te enamores, sabed que he sido iluminado. Tengo la sensación de que debo explicaros lo que tengo que decir desde una perspectiva de primera persona, de first person reader o algo así, como si os importase mínimamente lo que me pasa o deja de pasar. Pero como esto no es una wiki, leed y callad, que para algo sois cristianos.

Resulta que la semana pasada me di un paseillo por la Universidad Pompeu Fabra, que visito de vez en cuando. En sus nuevas instalaciones de Poblenou en Barcelona, más humeantes que flamantes, se celebraba el Festival Internacional Drac Novell de este año. Y el cartel no estaba nada mal. Por afinidad personal y por pura estética mental mis preferencias estaban con los Vengamonjas, invitados de excepción al Festival, más que con la otra estrella del evento: Risto Mejide. De manera que, aunque la visita de ambos conjuntos musicales se producía a la misma hora (Risto el jueves y Vengamonjas el viernes), preferí dormir hasta altas horas del mediodía del jueves y, en cambio, ir parcialmente despejado a la performance de los Hombres del Tiempo -me refiero a los Vengamonjas, no preguntéis qué relación hay entre unos y otros-.

El caso es que me hicieron un regalo. Noguera. Un hombre. De carne y hueso. Le llevaron con ellos.

No es que el tema de este post sea Miguel Noguera, cuyo blog recomiendo con fervor fanático, con nalgas en rictus, pero mi manera de comunicarme ha cambiado desde que le vi y me firmó un libro. Es el nuevo Nietzsche, ahí lo dejo.

Como iba diciendo, los Vengamonjas fueron al Drac Novell con Noguera, nos hablaron de su nueva aventura en Madrid y de los proyectos que tenían en mente. Bueno, de lo que tenían en mente, porque lo de proyectos suena a demasiado serio. Así que nos enteramos de sus ideas para próximas series de éxito y el futuro del humor en este país. Todo eso de gente con la que he tenido el placer de tomarme un café. La cosa es que reflexioné sobre por qué estaban allí. Claro, está el talento, pero si sólo se tratase de esto, no aparecería en este blog.

Hace algunos años, dos mozalbetes barceloneses empezaron a grabarse haciendo bromas y demás para enseñárselo a sus amigos más cercanos. Hasta donde sabemos, aquellas primeras críticas no pasaban del "Ah...ta bien". Sin embargo, la cosa fue a más. ¿Por qué? Youtube.

Sí sí. Aquí acaba el post.

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